EL MARCO PSICODIAGNOSTICO DEL CONSULTANTE Y SU CONTEXTO

EL MARCO PSICODIAGNOSTICO DEL CONSULTANTE Y SU CONTEXTO.

EL TODO Y LAS PARTES. FIGURA Y FONDO.

Cuando abro una charla sobre Flores de Bach, o inicio una entrevista y pregunto sobre el conocimiento acerca de las esencias, de acuerdo a quienes formen parte de la audiencia o la charla, dos opiniones se presentan compitiendo por el protagonismo: “No creo mucho en eso porque alguna vez alguien me las aconsejó y no me hicieron nada“, y  “Las he recibido en algún momento de mi vida y me hicieron muy bien, por eso quiero saber más sobre el tema y contactar a alguien serio para realizar una consulta”.

La diferencia entre una y otra experiencia, me atrevo a afirmar con certeza, no está enraizada en la eficacia de la esencia floral en sí misma, sino en a través de quién y cómo fue seleccionada e indicada.

Quienes hemos decidido tomarnos en “serio” el sistema floral propuesto por el Dr. Bach, así como su filosofía, entendemos que no se trata -únicamente- de seleccionar la esencia que más se parezca en sus expresiones negativas  a aquello que al consultante perturba, sino que detrás de toda prescripción existe un trabajo psicodiagnóstico exhaustivo a desplegar junto con el consultante. Y digo “junto con” porque considero que se trata de un acompañamiento de nuestra parte en el darse cuenta de lo que siente y necesita aquí y ahora. El pasado fue, pero si sigue apareciendo: bienvenido sea para retomarlo, escucharlo y devolverlo a su lugar, habiendo aprendido de él lo necesario. El futuro: aún no ha llegado, y si interfiere con el presente, pues bien, necesitaremos reubicarlo desde nuestras emociones en su lugar de espera. Enfocando en el presente de manera integral y conciente, ese futuro será el impulso para nuestros motores y no un impulsador de incertidumbre y angustia.

En la charla espontánea entre el consultante y el terapeuta las compuertas se abren y todo pasa a ser importante en esa hora de atención plena. Es tarea del terapeuta priorizar, retomar hilos sueltos y enfocar en el presente y en las circunstancias que han llevado al consultante a esa entrevista en particular.

En mi experiencia como médica y terapeuta, con niños y adultos, he observado que llevar lo abstracto al plano de lo concreto siempre ayuda. Lo visual pareciera más real, ocupa espacio ante nuestros ojos, pasa del mundo imaginario al mundo obvio.

Por esa razón utilizo en mis consultas, en especial las primeras, una ficha de consulta que incluye varias técnicas de psicodiagnóstico, lo hago por mí y lo hago por el consultante. Nos ubica en la misma página, nos ayuda a organizar el caos y la simultaneidad de las emociones, a jerarquizarlas y a observarlas como figura de acuerdo a su fondo, a su contexto interno, hereditario, familiar, social, laboral, presente y real. Nos acerca.

La evaluación de los datos obtenidos se enlaza a la idoneidad del terapeuta, a sus conocimientos. De nada sirven las técnicas o tests sin una actitud presente, segura en su base teórica – y vivencial- tanto como guiadora que no las avale. Ese espacio de proyectar al papel, observar y en silencio percatar la realidad holística del consultante, es la clave, desde mi criterio personal, para corporizar la ayuda.

Los gráficos, las listas de mandatos y deseos, los recursos internos y externos disponibles, los que es necesario lograr, lo que se hace y se deja de hacer, lo que vieron y copiaron o negaron, y las caricias positivas o negativas que suelen buscar de manera automática, suman a la autoexploración de la vida de quien, luego con las esencias de Bach caminará hacia la homeostasis natural intrínseca de su organismo y de su alma, una vez balanceados los desequilibrios emocionales que han generado una niebla en su camino.

Desde mi perspectiva, el ser humano es multidimensional, mente-cuerpo-alma-energía libre y contenida, cada parte en común-unión con las demás. El todo es más que sus partes, bien se ha desarrollado ese concepto en la Terapia Gestalt y no sólo en esa rama ecléctica de la Psicología Humanista…

Dentro de ese todo, los mensajes del cuerpo son justamente eso: mensajes corporizados que están tratando de mostrar algo que es necesario traducir para entender las necesidades no satisfechas. Lejos de simplificar el proceso y sin  intención de subestimar a la medicina alopática, a la cual siempre he adherido y adhiero en todas aquellas  situaciones en que es necesaria, con el correr de los años he aprendido que tapar el mensaje no cura ni sana integralmente al individuo. Puede “salvarle” la vida, claro, pero me pregunto si lo acerca a su natural estado de equilibrio como para no volver a recibir de su cuerpo el mismo mensaje en un futuro, de otro modo quizás. La figura que no se resuelve, la gestalt que no cierra, no podrá volver al fondo y dar lugar a otra figura, a otra necesidad que requiere ser satisfecha.

En el 2012 cada vez más científicos quiebran su escepticismo y comienzan a investigar la bioenergética como una nueva alternativa a sumar en el proceso de sanación. Y lo celebro. Me sumo a quienes tienen hambre de saber y ganas de no improvisar. Cada uno en su rol, e integrados, haciendo el mejor trabajo posible individual y en equipo, es mi ideal de sistema de salud, de ayuda.

Desde ya, mis opiniones son sólo eso, y están abiertas a toda charla y discusión constructiva, porque en ellas y en la práctica responsable y a conciencia, nace la optimización de nuestras profesiones como facilitadores del bienestar del ser humano.

Dra. Silvia Hebe Bedini    marzo 2012

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